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El objetivo final del caso Alsasua es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, que aún no ha cerrado sus puertas. A principios de este año, los abogados defensores de los ocho jóvenes alegaron en un recurso de apelación que no habían tenido un juicio justo y, según Altsasu Parents, Ainara Urkijo, Jokin Unamuno, Iñaki Abad, Aratz Urrizola, Julen Goikoetxea y Jon Ander Coben ratificaron las apelaciones. La cuenta de Twitter de los padres de Alsasua confirmó que los abogados habían recibido la notificación: «Es probable que el resto de los recursos sigan el mismo camino».
En enero, la abogada Amaia Izko le dijo a BERRIA que esperaban al menos la aprobación del procedimiento. «Hemos presentado demandas porque estamos convencidos de que estas violaciones se han cometido y porque estamos convencidos de que Estrasburgo puede corregirlas si así lo desea, como ha hecho en otros casos».
En los recursos alegaron que se violaron sus derechos de defensa, incluso porque la jueza que presidía la Audiencia Nacional era Concepción Espejel. Espejel está casado con un coronel de la Guardia Civil y fue galardonado con el Premio al Mérito de la Guardia Civil. En la demanda, la defensa, argumentando que tenía “vínculos afectivos y psicológicos”, cuestionó su imparcialidad ante la Audiencia Nacional, pero la desestimó. Uno de los abogados también cuestionó la imparcialidad de los otros dos jueces, Eloy Velasco y José Ramón Navarro.
Otro argumento de la defensa es que se violó su derecho a un juicio justo y que hubo varias irregularidades en la demanda. También explicaron que se les habían impuesto sanciones desproporcionadas en sus apelaciones.
Una vez aprobado el procedimiento, corresponde a la Corte de Derechos Humanos examinar todo esto. En enero, durante una manifestación en Pamplona, los jóvenes y sus familiares destacaron que el camino por delante sería «complejo» pero «esperanzador». Por ahora, al menos, el tribunal de Estrasburgo no ha cerrado la puerta.