Empattik Films, una compañía independiente, prepara para junio «Pocos, buenos y seguros» para recuperar la memoria histórica de una lucha que el poder trata de silenciar
Empatik Films es una productora independiente que pretende «crear contenidos para contrarrestar los efectos de la desinformación provocada por los “mass media” al servicio de los mercados y otros estamentos de poder». Perciben el medio audiovisual «como una de las mejores herramientas para despertar la emoción y generar la transformación social. Nuestra principal motivación para hacer cine es la búsqueda de un equilibrio social».
Ahora se encuentran en la fase final para poder estrenar en junio su último corto «Pocos, buenos y seguros», un proyecto sobre la lucha de los presos sociales en la llamada Transición a través de la COPEL. Lo hacen sin ayudas ni subvenciones y tratan de financiarse por apoyo popular a través de Goteo. Ya han conseguido casi 16.000€ de los 25.000 que necesitan y que tendrán que conseguir en los próximos días.
Se trata de un cortometraje de ficción que narra los orígenes de la revuelta de los presos sociales, que se propagó como la pólvora por la mayoría de las prisiones españolas durante La Transición. Dirigida por Ales Payá y Gorka Lasaosa tiene guión de Taisen Francisco, Gorka Lasaosa y el propio Ales Payá.
El corto habla de la historia de Miguel, de 26 años de edad y que cumple condena por la ley de Peligrosidad Social y el atraco a un banco. Tras dejar de trabajar en prisión para dedicar su tiempo al estudio, es sancionado por la junta de tratamiento al régimen de aislamiento.
Esto le conduce a conocer a un pequeño grupo de presos bretones que le inspiran la necesidad de organizarse al recibir las noticias de la existencia de colectivos de presos que han comenzado a coger fuerza en prisiones de Francia. Este dato y la creencia de que con la llegada de la democracia pudiera repetirse una amnistía total como la concedida por la II República en 1931, hacen que Miguel decida pasar a la acción un año más tarde. El 31 de julio de 1976, un día después del decreto de la primera amnistía de la transición de la que únicamente se benefician una pequeña parte de los presos políticos, Miguel protagoniza junto a unos compañeros una acción que provoca una huelga de talleres a la que se suman todos los presos de la galería.
Este brote revolucionario fue la semilla que dio lugar a la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL), un movimiento de presos comunes que mediante motines, huelgas de hambre y otras acciones coordinadas en prisiones de todo el Estado, fue capaz de reclamar toda una serie de reivindicaciones sobre las condiciones carcelarias y de situar la reforma del sistema penitenciario en el centro de la agenda pública.
Llevan dos años trabajando en el desarrollo de este proyecto y lo tienen todo listo para ejecutar el rodaje a principios de junio de 2021.
A día de hoy ya cuentan con el compromiso de todo el equipo técnico y artístico, y únicamente les falta obtener la financiación que necesitan para el rodaje. Por este motivo están desarrollando esta campaña de micromecenazgo.